viernes, 3 de agosto de 2012

Templo. Circo. Trébol



Me esforcé tanto en hacer del templo un circo, en descoser el techo de las paredes... Tanto que tuve que pintarme la cara con el polvo de sueños viejos, porque todos los colores los gasté en armar un cielo. Y cuando exhausta caigo en este rincón, brota la carpa, el show quiere arrancar, aparecen los fantasmas hechos música y en las paredes (que ahora son telas) tu cara empieza a dibujarse, aparecés como un mural que busca resucitar infancias muertas, y sin esperar a nadie, sin dejar de verme con tus ojos de Mercurio, te despegás de ahí. Caminás con tus zapatos grandes hacia mí. Me besás la cara, mi pálida cara con lágrimas tatuadas. Entonces ya no puedo distinguir dónde quedó el templo, dónde empieza el circo. Lo maravilloso de tu amor es que santifiques todo lo que toques. Que hagas de mí un payaso que se vuelve sirena de agua dulce.
Me preguntás si quiero bailar. Tomo tu mano, beso tu boca, canto nuestra última canción. Me entrego a este juego de diamantes y amantes sin miedo a perder, ya no puedo perder, ya estoy perdida en el Rey de corazones, y este juego tan solo trata de volvernos fuego. Y sin embargo la apuesta se redobla y extinguirse es una posibilidad. Sonreís y me guías en un desfile de arlequines hacia el inevitable final. Las luces amarillas se vuelven violetas. Y camino, yo camino mirando a todos reírse, y yo también me río. Me río y grito pájaros. Me río y te miro. Vos ya lo sabés todo, te mordés los labios carmesí, me hacés girar y me presentás ante el as de picas que desafiante en posición de firme no se deja derrumbar. Y ya no hay nada más que preguntar. El as se abre y en él, está el jardín de tréboles azules. Tal vez ahora tenga miedo, o tal vez comience a sentir dolor, pero todavía río. Quizás esta es la verdadera muerte. Quizás esta es la infancia falsamente resucitada. No lo sé. Pero de pronto ya no hay payasos. Ni risas. Ni llantos. Lo imposible ocurre, mis lágrimas se desprenden de mi rostro, caen húmedas a mis pies. Ya no estás vos. Las nubes tienen forma de pica, y anochece en el jardín.