domingo, 19 de julio de 2015

Perdí un amor y un ovario.

"Por la memoria de antiguos carnavales
voy a parir contención festejando."

Me duele festejar - La bersuit 





 

A veces creo que vivo en una transición todo el tiempo. Siento que nunca llego a ningún lado y en realidad, ocurre que sí llegó (llegamos, trascendemos) tan solo ocurre que lo que sí es cierto es que cuando se decide vivir en una evolución constante siempre estamos adquiriendo nuevos modos de mirar y también de vivir.
Si me pongo a hablar de lo que "perdí" este año, podemos decir que perdí un amor y un ovario. Así de crudo y sin anestesia, a pesar de que estos días estuve sintiéndome como Uma Thurman en el inicio de Kill Bill vol I. Me cuesta un poco escribir esto sin ponerme a lagrimear. Estos dos sucesos fueron como una pequeña muerte, porque me obligan a renacer. Y, en eso estoy. En el medio de parirse a uno mismo, ser su propia madre, amamantarse con arte y plenitud, que de la trompa de falopio que me quedó solitaria, nazca el fruto más puro que guarde el elixir de mi esencia; aunque esto solo signifique plasmar en cada camino que transite lo que soy, sin autoengaños ni espejos distorsionados.
Hoy puedo decidir ser gorrión y ombú. Sé que entre el cielo y la tierra solo está la copa de un árbol que no es más es la transición de las raíces que se vuelven pájaro. Si voy a parirme, a construirme y completarme, voy a volver a la dualidad el punte más simbiótico que exista. No se tratará de ser una cosa o la otra, sino de encontrar en la pluralidad de las identidades mi verdadero ser. Así como latinoamérica no es nada porque lo es todo y de ahí su riqueza.
Quizás esto sea un kilombo narrativo. No creo que cada párrafo esté intrínsecamente relacionado con el anterior y realmente tal vez solo sea darle forma a un par de las muchas percepciones que estoy teniendo, pero de una manera muy ligera y nada organizada.
Qué sé yo, tengo muchas ganas de pintar. Todavía me siento un poco débil para eso. Lo lindo de las artes visuales es poner el cuerpo ahí nomás, empuñar el pincel, la gubia, el lápiz, meter hasta el fondo los dedos en la arcilla y crear, materializar, ser alquimia y magia fusionadas. Por ahora tengo el cuerpo cansado, la anestesia pega fuerte y estoy en ese momento en el que si me río me duele y si lloro también. Una garcha. Pero creeeo que, claramente, de esto me toca aprender a bajar la bandera de la independencia de vez en cuando. Dejarse cuidar, como quien dice. No sé hacer esas cosas y por eso me frustro mucho. Está bien, realmente no es que no pueda hacer un carajo. De hecho puedo hacer muchas cosas, pero yo soy así, pienso que todo lo puedo y no quiero joder a nadie, aunque tal vez esté jodiendo más si no me dejo ayudar que dejando que lo hagan.
Muchas cosas.
Hoy me levanté mejor. Y el flaco lo sabe también, mañana es mejor.
Que lo que no te mata te fortalece dice la sabiduría popular.
Y que morirse no es más que una oportunidad para volver a nacer.

Y esta vez
yo elijo cómo
y qué  y quién
quiero ser.