domingo, 3 de julio de 2016

¿Cómo hacer para ignorar lo que tenemos programado?
¿Realmente somos así, como nos sale por inercia ser?
Yo digo: Yo no me siento de esta manera (por ejemplo, sentir celos), pero una parte de mí dice que tendría que sentirme así. Que me sienta así. Y yo, no quiero. Pero hace ruido.
Hay cosas que por más internalizadas y comprendidas espiritualmente tengamos, en la praxis cuestan bastante hacer funcionar. Sobretodo cuando uno recién empieza el camino del amor libre. Es lindo saber que teóricamente uno está predispuesto a mucho y es que el camino de la teoría pura es un camino seguro. Sin embargo es el experimentar lo que nos lleva realmente a enfrentarnos con lo que hace que esa teoría justamente exista.
Es difícil muchas veces e insisto, yo recién comienzo. Confío en que enfrentarme a mis propios prejuicios (más sobre mí que sobre el otre, en mi caso) e inseguridades me van a llevar a concretar un desarrollo personal muy grande que me va a ayudar a relacionarme más sanamente con todos mis vínculos.
Lo importante, creo, es darse el permiso de pensar y ver qué sentimos y por qué. Con calma y con paciencia y tal vez la parte más complicada para algunes: entendiéndonos sin juzgarnos.
Aprender a comunicarnos con el otre y con nosotros sin caer en el drama. Respetar los tiempos de cada quien de procesar lo que pasa.
A veces, como hoy, amanezco llena de preguntas y la verdad es que me dan ganas de huir.
Entonces trato de recordar que éste tipo de relación es lo que yo de verdad quería a pesar de todos los comentarios de mis familiares y amigues. Que en serio creo que esto puede funcionar.
Y sobretodo, me esfuerzo por no olvidar lo bien que me siento a su lado. Con él sonriendo o haciendo nada. Porque realmente cuando uno está en el baile, solo quiere bailar. Yo quiero bailar. No importa el vestido o los zapatos. No importa si al rato baila con alguien más, si yo bailo con alguien más, si no bailamos por un tiempo. Quiero saber, quiero confiar en que si ambos coincidimos en el querer, nos vamos a volver a cruzar en el baile, en la cama o en la vida.
Porque yo lo quiero bien, libre. Y preferiría no estar antes que privarle cualquier libertad. Pero quiero estar y no privarme a mí el compartir juntos sólo por inseguridades inminentes.
Por eso escribo esto hoy, sinceramente con la esperanza de decodificarme y superar lo que haya que superar.