martes, 5 de octubre de 2010

Flora y fauna de los baños públicos.



Como un sapito asustado detrás de la puerta del baño. Arrodillada sensación de haberme despertado bajo la ducha de una enorme fauna abisal.

Salpicar es un carnaval. Y un sapito mira lo que para mí está tan cerca que no puedo apreciar. Acaricio la planta de mis raíces, el talón vívido, viejo conocido.

Soy una flor etérea, bástame emoción para renacer en primavera. Abrase la puerta, que entre quien pueda liberarse y dejar la sensación que ya no quiera consigo. Que se haga público el dominio, que conozcan a quienes mantienen el mito de lo que es de todos. Un sapo, una flor.

Sapo sapito sapitito que vela por las historias de amor, de alguien que creyó. Amantes sin medidas, sin nombres, apodados por el querer mil veces conoció. Un sapo diccionario de príncipes inexistentes, de princesas que parches en la ropa son. Un sapo pequeño, olvidado, que parece recuerdo del pasado, pero es el presente más acechado en los labios de los pasantes.

Cazando dudas y absorbiendo sentidos vivimos, el público siempre se renueva, aquí a todos conocimos. Incluso a la risa desmarañada de tu jardín estelar y a la búsqueda en el espejo enciclopediado de la palabra "Soñar".

Desde luego, también lloraste aquí, sin querer volver a salir, cual sapito asustado entre flores de vida.



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No me gusta, pero era necesario actualizar.

2 comentarios:

Psico_latiegresadeloriente dijo...

Me gusta este.
Me habias pasado el principio y me habia gustado :3
Vas a mandar uno a la revisteloca?

pedaleandoescribo dijo...

¿Que es mas importante?

¿QUe los textos nos gusten a uno o a el que lo recibe?

Saludos!