martes, 4 de mayo de 2010

Dream a little dream of me...



Llovía. La gente parecía elevarla en un trono de madera, que no era más que un escenario siendo ocupado por una frenética cantautora que manejaba sus manos de forma que, de no escuchar la música, pensarías que con destreza maneja una máquina de nubes.

Y en cierta forma lo era, porque los primeros suspiros de frío, está vez tenían color cielo, en el medio del café taciturno y la humedad. Siempre pensé que los acordeones debían tener letras en francés. Pero no, ella amaba el español, lo daba vuelta, lo retorcía y jugaba como ninguna.

-Que la imaginación está encerrada en un octavo piso, y el portero es tan olvidadizo… que… oh, la tengo que ir a buscar. Dejarla encerrada, sería un error sin igual- cantaba.

En el café nunca se había visto tanta gente, y nunca la había visto tanto. El 14 de Julio se había adelantado (nos veíamos una vez por año), sin embargo, Celeste no lo sabía, y a menos que pudiera pasar por todas esas personas sedientas de música mojada, no me descubriría.

Goteante estaba, el perfume de la urbanidad me impulsaba hasta ella, trataba de elevarme, de que Celeste pudiera reconocer en mis ojos lo que alguna vez reconocí en sus labios…

Lo sé, Julieta, ya sé que pensás que no tengo solución, pero así era. De a poco encajaba en perfecto orden en cada recoveco disponible, encajaba más y más cada vez que Celeste, con más fuerza fabricaba arco iris de los cuales me adueñaba, necesitaba adueñarme.

Y no soy un obsesionado, mas necesitaba alcanzarla.

-La heroína de los paraguas rotos, los artilugios de Morfeo, Iris en mi pelo- recitaba Celeste.

La alcancé al ver su alma florecer, la voz desplegada en un submundo armado exclusivamente para un bar porteño, en una noche Kandiskiana.

Me hizo piedra libre con la mirada, si hubieras estado. Se regocijo de verme completamente humano entre los taza-hombres y las cafetera-mujeres oyentes.

El acordeón callo, los taza se agitaron, las cafeteras cuchilleaban, y ella tendió su mano extendida como alas sobre mi pecho. Sólo se limitó a canturrear:

-Dream a Little dream of me…

Los tazas se rompieron de suspenso, las cafeteras explotaron de dulzura. Sólo quedábamos Celeste, y mi abstracción hacia ella.

2 comentarios:

Psico Thevenin dijo...

Yo ya habia leido el inicio de esto ya me habia gustado
Pero no había imaginado que seguía así.. me gusto mucho, es genial :3

Te amo, ju

Wepa dijo...

I like this shit. (?).

Como siempre enrroscado y divino. in a good way.