martes, 31 de mayo de 2011

Él ya no avisa cuando llega




Hace frío. Él ya no avisa cuando llega y yo ya no cruzo mirando el semáforo. Las navajas que cepillan mi escalofrío me tienden trampas llenas de cianuro.
Él ya no avisa cuando llega y yo me vuelvo cartas en cursiva. Un rulo que se enrula cruzando la calle que amenaza. Algo que todavía no llega y entre pasos intenta lucir un color que nunca existió.
No sospecha desde el viento algún error fatal. Revuelve en sus libros un indicio de libertad. ¿De qué se quiere librar si es el viento, si no sospecha desde sí? Le pregunta a los segundos que pasan si lo saben, antes de que se extingan en crujidos suaves. La esquina lo bosteza. Yo cruzo sin mirar.
El miedo motorizado, la duda que no sabe si esquivarme, él en la espera y un hechizo de escarcha que conjura agudos de ciudad para acribillarme.
Qué dicotomía, pienso y muero. Acabarse acechando su vida, mas cual ráfaga mortal me entrego a pisar fuerte y cruzar. Entonces sus libros se vuelven la balanza que me sentencia, en sus ojos Osiris, y en mis dedos un juicio que dicta entre párrafos de un escriba, que este es el final.

3 comentarios:

Wepa dijo...

Pienso ergo muero.
Tendré un manuscrito algún día de un mundo tan indescifrable como el tuyo?
o tendré que aferrarme a recopilar un montón de cuadros pequeños publicados acá?
Me encanta que nadie este muerto, nunca nadie está muerto en lo que escribís. A no ser que esa sea su cualidad, estar muerto, pero visto desde el punto de vista de una acción. Muere, murió y estará muriendo. Desde la libertad, el error hasta la espera y los libros, todos en armonía repercutiendo sobre el personaje, un personaje que siempre esta en una primera persona; pero nunca sos vos, es más como un yo poético, algo que yo como amigo podría atribuirte a miles de cosas, pero como lector no te puedo aferrar a nada.

Te quiero y me gusta quererte.
Ah si, estudio ergo nuevas perspectivas jaja
And I Love it.

Darío dijo...

Parece que este es el fin. No nos interesa demasiado lo que nos rodea, todo lo hacemos sin el mayor cuidado. Es el fin.

Psico Thevenin dijo...

Onirico
Benjamin
Alia, la de colores humedos.