jueves, 13 de abril de 2017

Tomar el mate amargo. Bien amargo.
Tomarlo sin cara de asco, como esa que poníamos de chicxs.
Tomar el mate amargo como entrenamiento para la vida.
Amargarse. Hacerlo hasta la médula y sentir el pecho caliente.
Cebarse otro.
Contemplar la nada mientras le das el último sorbo.
Perderse en una melancolía en un principio ajena, pero de la cual te apropiaste.
Cebarse otro,
cebarse otro,
cebarse en otro...
perderse
en
el
último
sorbo.

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